¿ Para que valen los probioticos? Microbiota y aparato digestivo
Por      02/11/2023 19:41:45    Comentarios 1
¿ Para que valen los probioticos?  Microbiota y aparato digestivo

Hoy en día estamos cada vez más habituados a escuchar el término “Probioticos”, sobre todo por la gran cantidad de antibióticos que se utilizan actualmente y por la cada vez mayor cantidad de enfermedades intestinales que están apareciendo.

Los probióticos son microorganismos vivos (como bacterias y levaduras) que, al consumirlos, proporcionan beneficios para la salud. Pero para conocer bien su origen tenemos que entender de donde provienen, y para esto tenemos que empezar por la base, que es entender qué es la microbiota.

¿Qué es la microbiota?

La micobiota es la población de microorganismos (como hongos, bacterias y virus) presentes en un lugar específico. En los seres humanos, este término se emplea principalmente para referirse a los microorganismos que residen en o sobre áreas específicas del cuerpo, como la piel o el sistema digestivo. Estas comunidades de microorganismos son flexibles y se modifican en respuesta a diversos factores del entorno, tales como la actividad física, la alimentación, los medicamentos y otras influencias. Para entender esto podríamos poner el ejemplo de dos hermanos que viviendo juntos tengan una alimentación diferente, o uno deportista y el otro no, o simplemente uno de ellos tiene niveles de estrés altos que el otro no tiene, ambos independientemente de ser hermanos van a tener un microbiota diferente.

El problema que tenemos con los microorganismos es que la mayoría de los que se han estudiado hasta la fecha son dañinos (patógenos), que son todas aquellas bacterias, virus y hongos que nos producen enfermedades. Esto es lógico ya que su investigación nos permite encontrar mecanismos para poder mejorar frente a los problemas de salud que nos provocan, pero al mismo tiempo nos hace relacionar microorganismos con algo negativo, dándonos una mala imagen sobre ellos, nada más lejos de la realidad, una gran cantidad de los microorganismos que conocemos hoy en día forman parte del microbioma del ser humano y no solo nos son beneficiosos sino que además son imprescindibles para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. De hecho, tenemos en el cuerpo humano genes y receptores con la una única finalidad de interaccionar con los microorganismos que están en nuestro organismo. Básicamente, el cuerpo humano y los microorganismos tienen un acuerdo de convivencia, nosotros les aportamos las condiciones ideales para que puedan crecer y vivir a cambio de que nos ayuden con ciertos procesos biológicos, los cuales veremos un poco más adelante.

Así, ahora que conocemos un poco mejor que es la microbiota, entendemos cual es la función y el origen de los probióticos que no es otra que proporcionar microoganismos (bacterias y levaduras) a aquellas personas que por diferentes causas como enfermedades intestinales, estrés y otros factores sufren de un déficit en su microbiota. A esta alteración de la microbiota se le conoce como disbiosis.

La microbiota tiene una función concreta en cada lugar del cuerpo donde se encuentre como piel, intestino, zona intima, pero en este articulo nos vamos a centrar solo en el aparato digestivo, intentando explicar que funciones tienen estos microorganismos, que son varias y muy importantes.

 

FUNCIÓN DIGESTIVA

Una de las funciones que desempeñan los microorganismos que habitan en el aparato digestivo es la capacidad que tienen estos para sintetizar (crear) enzimas encargadas de digerir los diferentes componentes que forman los alimentos que consumimos como los aminoácidos de las proteínas o las grasas, etc. Es lo que hablábamos anteriormente del acuerdo cuerpo-micobiota, en este caso les dejamos vivir en el intestino y a cambio nos ayudan a digerir lo que comemos para que podamos absorberlo.

Otra función, es el papel crucial en la síntesis y metabolismo de varias vitaminas esenciales. Aunque la mayoría de las vitaminas son absorbidas a través de la dieta, ciertos microorganismos intestinales tienen la capacidad de sintetizar algunas vitaminas. Algunas de estas vitaminas que pueden ser producidas por la microbiota intestinal son:

 

·         Vitamina K: Las bacterias del género Escherichia y Bacteroides producen vitamina K2, que es esencial para la coagulación sanguínea.

·         Vitamina B7 (Biotina):  Una vitamina B necesaria para el metabolismo de grasas y carbohidratos.

·         Vitamina B12 (Cobalamina): Algunas bacterias en el intestino, como Propionibacterium y Bacteroides, tienen la capacidad de producir vitamina B12, que es esencial para la formación de glóbulos rojos y el funcionamiento adecuado del sistema nervioso.

·         Ácido Fólico (Vitamina B9): Necesario para la formación de ADN y la división celular.

·         Vitamina B5 (Ácido pantoténico): Algunas bacterias intestinales pueden contribuir a la síntesis de ácido pantoténico, esencial para la síntesis de ácidos grasos y la producción de energía.

·         Vitamina B3 (Niacina): El microbioma puede ayudar en la síntesis de niacina, importante para el metabolismo energético y el sistema nervioso.

 

Es fundamental recordar que la producción y disponibilidad de estas vitaminas pueden variar según la composición de bacterias, la dieta y otros factores. Además, la principal fuente de vitaminas sigue siendo una dieta equilibrada y variada.

 

FUNCIÓN SISTEMA INMUNE

Una de las características más importantes del aparato digestivo es su implicación en el sistema inmunitario, siendo el órgano con mayor implicación sobre el sistema inmune de nuestro cuerpo, ya que hay más células linfoides en el intestino que en bazo, los nódulos linfáticos y la sangre juntas. Recordemos que las células linfoides son un tipo de células del sistema inmunológico, que se originan en la médula ósea y desempeñan un papel fundamental contra enfermedades y agentes infecciosos.

Una de estas células son los linfocitos B, que son los responsables de producir anticuerpos, proteínas que reconocen y se unen a sustancias extrañas como bacterias y virus. Los anticuerpos ayudan a marcar estos invasores para que sean detectados y destruidos por parte de otras células del sistema inmunológico. En la mucosa del aparato digestivo tenemos el 80% de estas células además de un porcentaje altísimo también de otras células linfoides como la inmunoglobulina A (IgA). Cuando una persona se expone a un patógeno, la IgA presente puede atrapar y neutralizar los patógenos antes de que causen una infección.

La microbiota intestinal vive en las mucosas adheridas a las paredes del tubo digestivo, por lo tanto, si la microbiota se altera por cualquier factor se está alterando también la mucosa intestinal y con ello la cantidad de células linfoides que se encuentran en las mucosas dando como resultado una alteración de nuestro sistema inmunitario.

Otro factor muy importante que tiene el anclaje de la microbiota a las paredes gastrointestinales, es que van ocupando espacios que hay en esta pared, compitiendo con los microorganismos patógenos (como Candida u otros patógenos) que también quieren adherirse a ella. Esta microbiota compite de varias maneras:

 

·         Competencia por sitios de unión y nutrientes:

Las bacterias beneficiosas compiten con los microorganismos patógenos por los sitios de unión a las paredes gastrointestinales y por los nutrientes disponibles en el entorno. Al ocupar estos sitios y consumir nutrientes, reducen las oportunidades para otros patógenos se adhieran y se multipliquen.

 

·         Producción de sustancias antimicrobianas:

Algunas bacterias de la flora intestinal tienen la capacidad de producir sustancias antimicrobianas y antifúngicas, lo que dificulta la proliferación de microorganismos patógenos, incluyendo cándida.

 

·         Modulación del pH y del entorno:

Las bacterias beneficiosas pueden modificar el entorno alrededor de ellas, incluyendo el pH, lo que puede ser desfavorable para el crecimiento y desarrollo de microorganismos patógenos.

 

Estimulación del sistema inmunológico:

Las bacterias beneficiosas pueden interactuar con el sistema inmunológico y estimularlo de manera que favorezca una respuesta inmunológica equilibrada y efectiva contra los patógenos, contribuyendo a la defensa del cuerpo contra infecciones.

En resumen, las bacterias beneficiosas en la microbiota tienen estrategias para competir y controlar la proliferación de microorganismos patógenos, como cándida, ayudando a mantener un equilibrio saludable en la flora y promoviendo la salud del organismo.

Una microbiota equilibrada es fundamental para un sistema inmunológico saludable. Cuando la microbiota se desequilibra debido a factores como la dieta, el uso de antibióticos, el estrés o la enfermedades, puede desencadenar una respuesta inmunológica alterada o lo que lo mismo, reacciones inmunológicas exageradas o insuficientes. Se ha observado que desequilibrios en la microbiota están asociados con un mayor riesgo de enfermedades autoinmunes, como la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), artritis reumatoide y lupus. Además, una microbiota desequilibrada también puede estar relacionado con el desarrollo de alergias y asma. Mantener una microbiota equilibrada a través de una dieta saludable, estilos de vida adecuados y, en algunos casos, la administración de probióticos o prebióticos, es importante para mantener una función inmunológica óptima.

 

FUNCIÓN SISTEMA NERVIOSO

La microbiota en el intestino tiene la capacidad de producir moléculas neuroactivas, como el ácido gamma-aminobutírico (GABA) y la acetilcolina. Estas moléculas pueden afectar a la actividad cerebral y la función cognitiva. Por ejemplo, el GABA es un neurotransmisor inhibitorio que puede tener un efecto relajante y calmante en el cerebro.

Otra Función muy importante del aparato digestivo tiene que ver con la producción de varias hormonas que pueden influir en la comunicación entre el intestino y el cerebro, como pueden ser la serotonina, dopamina o noradrenalina que pueden afectar el sistema nervioso central y la cognición. La relación entre la serotonina y la microbiota es un campo de investigación emergente que ha ganado interés en los últimos años.

El intestino es un sitio importante para la producción de serotonina. Aunque la serotonina también se produce en el cerebro, aproximadamente el 90% de la serotonina total en el cuerpo se encuentra en el tracto gastrointestinal.

Existe una comunicación bidireccional entre el cerebro y el intestino, conocida como el eje cerebro-intestino-microbiota. La microbiota puede influir en la producción y regulación de neurotransmisores como la serotonina, y a su vez, los neurotransmisores pueden afectar la composición y actividad de la microbiota. Dado que la serotonina es un neurotransmisor clave relacionado con el estado de ánimo, la ansiedad y otros aspectos del bienestar emocional, la influencia de la microbiota en la producción de serotonina puede tener implicaciones en la salud mental. Se está investigando cómo la composición y la salud de la microbiota pueden estar vinculadas a condiciones como la depresión, la ansiedad y otros trastornos del estado de ánimo.

En resumen, la microbiota intestinal y las hormonas producidas en el sistema digestivo pueden influir en la función cerebral, el desarrollo cognitivo y el estado de ánimo. Esta relación entre el intestino y el cerebro es un área activa de investigación y tiene implicaciones importantes para la salud mental y el bienestar emocional. Mantener una microbiota equilibrada a través de una dieta saludable y otros hábitos puede ser fundamental para una función cerebral óptima.

 

DISBIOSIS

Llegados este punto, en el que ya conocemos la implicación de los microorganismos y sus funciones en el aparato digestivo, pasamos a exponer qué sucede cuando la microbiota esta dañada, patología llamada disbiosis.

La disbiosis ocurre cuando hay un desequilibrio en la comunidad de microorganismos que vive dentro de nuestro cuerpo. Imagina que el cuerpo es un hábitat, y estos microorganismos son los habitantes. Cuando la cantidad o el tipo de habitantes cambian y no están en armonía, se dice que hay disbiosis. Esta alteración puede suceder en diferentes partes del cuerpo, pero se observa principalmente en el intestino.

Este desequilibrio puede deberse a varios factores, como una dieta poco saludable, el uso de antibióticos, estrés crónico, enfermedades, falta de higiene adecuada o incluso factores genéticos. La disbiosis puede resultar en una microbiota que no funcione correctamente y no realice sus funciones esenciales, lo que puede afectar la digestión, el sistema inmunológico, sistema nervioso y la absorción de nutrientes. Uno de los casos más recurrentes es la disbiosis por consumo de antibióticos, estos son diseñados para eliminar o inhibir el crecimiento de bacterias, tanto las perjudiciales como las beneficiosas que habitan en nuestro tracto gastrointestinal. Al reducir la población de bacterias beneficiosas con los antibióticos, se libera espacio y recursos que aprovechan los patógenos para crecer y proliferar. Permitiendo que ciertas bacterias patógenas, como Clostridium difficile u hongos como la cándida proliferen y causen patología como diarrea, etc.

Cuando la disbiosis ocurre en el intestino, puede estar asociada con síntomas como problemas digestivos, diarrea, estreñimiento, hinchazón, molestias estomacales y, en algunos casos, se ha relacionado con condiciones más graves como enfermedades autoinmunes y trastornos neurológicos. Hoy en día ya hay más de 200 enfermedades relacionadas con disbiosis, y muchas que aún se están estudiando, de ahí la gran importancia de la microbiota.

Ahora en la ultima parte del blog vamos a ver como podemos mejorar en estos casos.

 

COMO ABORDAR LA DISBIOSIS

Es importante tratar la disbiosis para restaurar un equilibrio saludable en la microbiota. Esto se puede lograr mediante cambios en la dieta, el uso de probióticos (microorganismos beneficiosos), prebióticos (sustancias que promueven el crecimiento de microorganismos beneficiosos) y otros enfoques que ayuden a recuperar una microbiota saludable y funcional en nuestro cuerpo. Aquí te proporcionamos una guía sencilla sobre cómo abordar la disbiosis:

·         Cambios en la dieta:

Adopta una dieta equilibrada y rica en fibra, basada en alimentos naturales como frutas, verduras, granos enteros, legumbres y alimentos fermentados (probióticos naturales). Evita alimentos procesados, azúcares refinados y alimentos con alto contenido de grasas saturadas, ya que pueden favorecer el crecimiento de bacterias no deseadas.

 

·         Suplementos probióticos:

Considera la posibilidad de tomar suplementos probióticos de alta calidad que contengan cepas de bacterias beneficiosas para ayudar a restaurar la microbiota intestinal. Puedes consultar en tu farmacia habitual para una adecuada recomendación de estos suplementos.

 

·         Consumo de prebióticos:

Incorpora alimentos o suplementos ricos en prebióticos en tu dieta, como ajo, cebolla, plátanos, espárragos, alcachofas y avena. Estos alimentos ayudarán a alimentar y estimular el crecimiento de bacterias beneficiosas en tu tracto gastrointestinal. Para informarte de forma adecuada sobre los diferentes tipos de suplementos, puedes consultar en tu farmacia habitual.

 

·         Limita el uso de antibióticos:

Utiliza antibióticos solo cuando sean estrictamente necesarios y bajo la supervisión de un médico. Evita el uso excesivo o innecesario de antibióticos, ya que pueden contribuir al desequilibrio de la microbiota. Es muy importante la suplementación con probióticos mientras se esté utilizando los antibióticos, para que vayan reponiendo las bacterias beneficiosas que el antibiótico esta eliminando.

 

·         Manejo del estrés:

Practica técnicas de relajación, como yoga, meditación o ejercicios de respiración profunda, para reducir el estrés. El estrés crónico afecta la salud intestinal y empeorar la disbiosis.

 

·         Estilo de vida saludable:

Mantén un estilo de vida saludable que incluya actividad física regular, suficiente descanso y evitar el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol.

1 Comentarios

    • Avatar
      Mavi de Santos

      Me parece interesantísimo este artículo.
      Os felicito!!!. Además está escrito de una forma muy fácil de leer para los que no somos expertos en salud.
      Creo que es completísimo para poder hacernos una composición mental de lo que es la microbiota y la importancia que tiene en nuestro cuerpo.
      Mil gracias!!!!

      Feb 16, 2024

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